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. Lord de Worde dijo.El otro no, definitivamente.William de Worde volvió una página de su anotador y continuóescribiendo.El grupo estaba observándole como si fuera un entretenimientopúblico. Ese es un gran don el que tiene allí, seor dijo Arnold de Soslayo.Hace bien al corazón ver el lápiz moviéndose así.Desearía tener eseconocimiento, pero nunca fui mecánico. ¿Le importaría una taza de té? dijo Guapo. ¿Toman té acá abajo? Por supuesto.¿Por qué no? ¿Qué clase de personas cree usted quesomos? El Guapo sostuvo en alto una tetera ennegrecida y un tazónoxidado con una sonrisa invitadora.Era probablemente el momento de ser cortés, pensó William.Además,el agua había sido hervida, ¿o no?.pero sin leche dijo rápidamente.Podía imaginar cómo sería laleche. Ah, yo dije que usted era un caballero dijo Guapo, vertiendo unlíquido marrón alquitranado en el tazón.La leche en el té es unaabominación Levantó con gesto levemente teatral un plato y un par detenacillas.¿Una rodaja de limón? agregó. ¿Limón? ¿Tiene limón? Oh, incluso el señor Ron aquí presente se quitaría los brazos por unpoco de limón en su té dijo Guapo, dejando caer una rodaja en el tazón deWilliam. Y cuatro de azúcar dijo Arnold de Soslayo.William tomó un gran trago de té.Estaba espeso y recocido, tambiéndulce y caliente.Y ligeramente limonado.En conjunto, consideró, pudohaber sido mucho peor. Sí, somos muy afortunados cuando hay rodajas de limón dijoGuapo, atareado sobre las cosas del té.Ya que por cierto es un mal díacuando no podemos encontrar dos o tres rodajas flotando río abajo.William se quedó mirando fijo el muro del río.Escupir o tragar, pensó, el eterno enigma. ¿Está usted bien, señor de Worde? Mmf. ¿Demasiada azúcar? Mmf. ¿Demasiado caliente?William agradecido esparció el té en dirección al río. ¡Ah! dijo.¡Sí! ¡Demasiado caliente! ¡Eso es lo que es! Muy buen tépero.¡demasiado caliente! Pondré el resto acá abajo, junto a mi pie, paraque se enfríe, ¿sí?Levantó su lápiz y anotador. Entonces.er, Wuffles, ¿a cuál hombre le mordió la pierna?Wuffles ladró. Mordió a todos dijo la voz de Profundo Hueso.Cuando se estámordiendo, ¿por qué detenerse? ¿Los reconocería si los muerde otra vez? Dice que sí.Dice que el hombre grande tenía el sabor de.ya sabe. Profundo Hueso hizo una pausa , como.qué palabra.un cuencogrande, grande con agua caliente y jabón. ¿Un baño?Wuffles gruñó. Esa.sería la palabra dijo Profundo Hueso.Y el otro tenía olor aaceite de cabello barato.Y el que se parecía a Di.a Lord Vetinari tenía olora vino. ¿Vino? Sí.Wuffles también dice que le gustaría disculparse por morderle austed hace un momento, pero se dejó llevar por el recuerdo.Nosotros.esoes por decir, los perros tienen una memoria muy física, si entiende lo quequiero decir.William asintió y se frotó la pierna.La descripción de la invasión delDespacho Oblongo había sido llevada adelante en una sucesión de gañidos,ladridos y gruñidos, con Wuffles corriendo en círculos y mordiendo su propiorabo hasta que se metió contra el tobillo de William. ¿Y Ron lo ha estado llevando bajo su abrigo desde entonces? Nadie molesta a Viejo Apestoso Ron dijo Profundo Hueso. Le creo dijo William.Hizo un gesto hacia Wuffles. Quiero tomar una iconografía de él dijo.Estas son cosas.asombrosas.Pero tenemos que tener una imagen para probar querealmente hemos hablado con Wuffles.Bueno.vía un intérprete,obviamente.No querría que las personas piensen que ésta es una de lasestúpidas historias de perros que hablan del Inquirer.Se escucharon algunos murmullos entre el grupo.La solicitud no erarecibida favorablemente. Éste es un vecindario selecto, ya sabe dijo Guapo.No permitimosa nadie acá abajo. ¡Pero hay un camino por debajo del puente! dijo William.Cualquiera podría pasar. Bueno, sí dijo Ataúd Henry.Podría Tosió y pateó el fuego comoun gran experto.Sólo que no lo harán más. Bugrit explicó Viejo Apestoso Ron.¿Asfixiando un hojalatero?¡Garn! Les dije.Mano milenaria y camarones. Entonces es mejor que regresen a la oficina conmigo dijo William.Después de todo, usted lo ha estado llevando mientras estuvo vendiendo lospapeles, ¿verdad? Ahora es demasiado peligroso dijo Profundo Hueso. ¿Sería menos peligroso por otros cincuenta dólares? dijo William. ¿Otros cincuenta dólares? dijo Arnold de Soslayo.¡Eso llegaría aquince dólares! Cien dólares dijo William con cansancio.¿Se da cuenta, o no, queesto es por el interés público?El grupo estiró los cuellos. No veo a nadie observando dijo Ataúd Henry.William dio un paso adelante y casi accidentalmente golpeó su té. Vamos, entonces dijo.El señor Tulipán comenzaba a preocuparse ahora.Eso era desusado.Enel área de preocupaciones había tendido a ser la causa más que el receptor.Pero el señor Alfiler no estaba actuando bien, y ya que el señor Alfiler era elhombre que pensaba, esto era motivo de alguna preocupación.El señorTulipán era bueno pensando en segundos mínimos, y cuando se trataba dela apreciación del arte podía pensar fácilmente en siglos, pero no se sentíafeliz en las medias distancias.Necesitaba al señor Alfiler para eso.Pero el señor Alfiler estaba hablando consigo mismo y se quedabamirando fijo a las sombras. ¿Ya nos estamos yendo? dijo el señor Tulipán, en la esperanza deorientar el asunto.Tenemos el.ing pago, con un.ing bono importante,no tiene.ing sentido seguir dando vueltas [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
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. Lord de Worde dijo.El otro no, definitivamente.William de Worde volvió una página de su anotador y continuóescribiendo.El grupo estaba observándole como si fuera un entretenimientopúblico. Ese es un gran don el que tiene allí, seor dijo Arnold de Soslayo.Hace bien al corazón ver el lápiz moviéndose así.Desearía tener eseconocimiento, pero nunca fui mecánico. ¿Le importaría una taza de té? dijo Guapo. ¿Toman té acá abajo? Por supuesto.¿Por qué no? ¿Qué clase de personas cree usted quesomos? El Guapo sostuvo en alto una tetera ennegrecida y un tazónoxidado con una sonrisa invitadora.Era probablemente el momento de ser cortés, pensó William.Además,el agua había sido hervida, ¿o no?.pero sin leche dijo rápidamente.Podía imaginar cómo sería laleche. Ah, yo dije que usted era un caballero dijo Guapo, vertiendo unlíquido marrón alquitranado en el tazón.La leche en el té es unaabominación Levantó con gesto levemente teatral un plato y un par detenacillas.¿Una rodaja de limón? agregó. ¿Limón? ¿Tiene limón? Oh, incluso el señor Ron aquí presente se quitaría los brazos por unpoco de limón en su té dijo Guapo, dejando caer una rodaja en el tazón deWilliam. Y cuatro de azúcar dijo Arnold de Soslayo.William tomó un gran trago de té.Estaba espeso y recocido, tambiéndulce y caliente.Y ligeramente limonado.En conjunto, consideró, pudohaber sido mucho peor. Sí, somos muy afortunados cuando hay rodajas de limón dijoGuapo, atareado sobre las cosas del té.Ya que por cierto es un mal díacuando no podemos encontrar dos o tres rodajas flotando río abajo.William se quedó mirando fijo el muro del río.Escupir o tragar, pensó, el eterno enigma. ¿Está usted bien, señor de Worde? Mmf. ¿Demasiada azúcar? Mmf. ¿Demasiado caliente?William agradecido esparció el té en dirección al río. ¡Ah! dijo.¡Sí! ¡Demasiado caliente! ¡Eso es lo que es! Muy buen tépero.¡demasiado caliente! Pondré el resto acá abajo, junto a mi pie, paraque se enfríe, ¿sí?Levantó su lápiz y anotador. Entonces.er, Wuffles, ¿a cuál hombre le mordió la pierna?Wuffles ladró. Mordió a todos dijo la voz de Profundo Hueso.Cuando se estámordiendo, ¿por qué detenerse? ¿Los reconocería si los muerde otra vez? Dice que sí.Dice que el hombre grande tenía el sabor de.ya sabe. Profundo Hueso hizo una pausa , como.qué palabra.un cuencogrande, grande con agua caliente y jabón. ¿Un baño?Wuffles gruñó. Esa.sería la palabra dijo Profundo Hueso.Y el otro tenía olor aaceite de cabello barato.Y el que se parecía a Di.a Lord Vetinari tenía olora vino. ¿Vino? Sí.Wuffles también dice que le gustaría disculparse por morderle austed hace un momento, pero se dejó llevar por el recuerdo.Nosotros.esoes por decir, los perros tienen una memoria muy física, si entiende lo quequiero decir.William asintió y se frotó la pierna.La descripción de la invasión delDespacho Oblongo había sido llevada adelante en una sucesión de gañidos,ladridos y gruñidos, con Wuffles corriendo en círculos y mordiendo su propiorabo hasta que se metió contra el tobillo de William. ¿Y Ron lo ha estado llevando bajo su abrigo desde entonces? Nadie molesta a Viejo Apestoso Ron dijo Profundo Hueso. Le creo dijo William.Hizo un gesto hacia Wuffles. Quiero tomar una iconografía de él dijo.Estas son cosas.asombrosas.Pero tenemos que tener una imagen para probar querealmente hemos hablado con Wuffles.Bueno.vía un intérprete,obviamente.No querría que las personas piensen que ésta es una de lasestúpidas historias de perros que hablan del Inquirer.Se escucharon algunos murmullos entre el grupo.La solicitud no erarecibida favorablemente. Éste es un vecindario selecto, ya sabe dijo Guapo.No permitimosa nadie acá abajo. ¡Pero hay un camino por debajo del puente! dijo William.Cualquiera podría pasar. Bueno, sí dijo Ataúd Henry.Podría Tosió y pateó el fuego comoun gran experto.Sólo que no lo harán más. Bugrit explicó Viejo Apestoso Ron.¿Asfixiando un hojalatero?¡Garn! Les dije.Mano milenaria y camarones. Entonces es mejor que regresen a la oficina conmigo dijo William.Después de todo, usted lo ha estado llevando mientras estuvo vendiendo lospapeles, ¿verdad? Ahora es demasiado peligroso dijo Profundo Hueso. ¿Sería menos peligroso por otros cincuenta dólares? dijo William. ¿Otros cincuenta dólares? dijo Arnold de Soslayo.¡Eso llegaría aquince dólares! Cien dólares dijo William con cansancio.¿Se da cuenta, o no, queesto es por el interés público?El grupo estiró los cuellos. No veo a nadie observando dijo Ataúd Henry.William dio un paso adelante y casi accidentalmente golpeó su té. Vamos, entonces dijo.El señor Tulipán comenzaba a preocuparse ahora.Eso era desusado.Enel área de preocupaciones había tendido a ser la causa más que el receptor.Pero el señor Alfiler no estaba actuando bien, y ya que el señor Alfiler era elhombre que pensaba, esto era motivo de alguna preocupación.El señorTulipán era bueno pensando en segundos mínimos, y cuando se trataba dela apreciación del arte podía pensar fácilmente en siglos, pero no se sentíafeliz en las medias distancias.Necesitaba al señor Alfiler para eso.Pero el señor Alfiler estaba hablando consigo mismo y se quedabamirando fijo a las sombras. ¿Ya nos estamos yendo? dijo el señor Tulipán, en la esperanza deorientar el asunto.Tenemos el.ing pago, con un.ing bono importante,no tiene.ing sentido seguir dando vueltas [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]